Parafernalias

Parafernalia. Pensaba subsumir esta noche de lunes a A Fine Frenzy, pero el Instagram no me lo permitió y ataqué a los enemigos que podía con The Chemical Brothers.

El pequeño círculo de madera está ensangrentado, teñido con tintas de espinas y destellos de estrellas. Los geminianos parecemos ser así, vamos aquí y vamos allá, pero yo tengo adherido mi deseo al corazón, aferrado, amarrado, y mi satisfacción depende de mi ilusión. Eso no va ni para un lado ni para el otro, se queda acá, y no lo puedo cambiar, ¡no puedo!

El brillo se encrusta en el negro angelical. Las parodias, las personificaciones y la antítesis le otorgan la carga semántica a mis sentimientos. La noche va pasando entre los cables y la eternidad. ¿Hasta dónde llegará este circuito de palabras? Es una parafernalia somnolienta, ronca pero no quiere dormir, me entrego a la z pero estoy despierta, se puede destapar al silencio pero no te escucha, y te quiere tocar.

Espero que respondas, pero luego pregunto "¿para qué?", si hasta huele a mentira. Me tiento con embrollos y visados artificiales, que finalmente no sé cuándo son verdad. Esa es la duda, y hasta la potente parafernalia sabe que es hora de dormir, pero no se retira a descansar, quiere poder entre los textos el sentido saquear.

Este Richard Marx, combinación entre mi amigo Ricardo y el Carlos socialista, sí que sabe. Justo hoy lo veía en una foto con Shania Twain y Daysi Fuentes. Si pudiera decir que lo bizarro también simboliza esta parafernalia que describo, entonces "Angelia" y "Hazard" la han completado.

Finalmente, como lo he comentado brevemente en Twitter, "que cantidad de "peros" se interponen en nuestros destinos. Pero esto es vida, porque del confort cualquiera vive, ¿no?". El hocico de nuestras almas ya huele la Navidad, y me pregunto por qué tantos regalos queremos hacer y recibir. ¿Sólo es por este barato consumismo? Y me refiero a que es fácil comprar con dinero, se tenga mucho o poco, se compra y listo, se envuelve y se regala, pero cuando se quiere obsequiar el corazón pocos lo dan y pocos lo reciben.

¿Deberé seguir aceptando cómo es esta vida, y la situación de parafernalias en la que está metida?

5 y 6 de diciembre de 2016.

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