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Mostrando entradas de mayo, 2019

25 de mayo

La realidad a veces es enfermante, aunque haya que vivirla. Tantos puntos de vista y no sabés asumir con respeto la intensidad del tuyo. Pues entonces es mejor escuchar música. Es sábado. 25 de mayo y no comiste tus pastelitos. ¿Serán herencia española? Las comidas, como las actitudes, son puentes. Unen o te llevan. Debés tener ganas de hacer tantas cosas, pero sabés que hay una imposibilidad: tocarte es una. Podés tocar una aceituna, sentir su perfume, percibir en la boca su salitre, pero su alma es imposible, no llegarás a ella, ni aunque te arremangues y madures. Quizás sea demasiado tarde para madurar y esperar, porque esperar te puede matar. La realidad a veces te enferma, y otras veces vos mismo la enfermás. La gente prefiere personas sanas, ya demasiado tiene con su falta de voluntad, para encima tenerte que aguantar. Así que es 25 de mayo y te agrandás, te tomás un vino, te hacés unas empanadas y pensás. ¿Qué más se puede hacer en un día patrio? Muchos se van a hacer un asado,

Tardecita de lunes otoñal, tal cual

El olor de las hojas secas del eucalipto, que yacían majestuosas a la entrada de la escuela. El cálido sol de esta tarde de otoño que caía sobre la superficie del barrio. Without you, de David Bowie. Las fotocopias, su olor, recién salidas de la fotocopiadora. Los chicos que aguardaban por sus padres o por la entrada a una clase. La puerta que se golpeó cuando salía. No pretendía que así fuera, pero fue. I have a face I cannot show. El perro manco que paseaba por el frente de la despensa. ¿Y si mamá lo adoptara, como tantas veces ha pretendido adoptar a un perro "de la calle"? There has to be an invisible sun. Tus ojos, que son ojos parecidos, pero son únicos. La puerta de entrada del edificio que sigue rota desde hace tantos años. Pasan las personas y todo se vuelve a romper, yo me vuelvo a romper, y vuelvo a renacer. Este yo lírico que me odia y me quiere, a veces se va, y vuelve para indigestarme de amor, ¡es que pienso tanto en vos! One

Te sé

Por ahí me enfrento a los programas que debo realizar de Lengua y Literatura para la escuela. Pienso en segundo año, en tercero y hasta en cuarto. Si debo derrotar a la rutina de esta forma no lo hago. Me subo al plan de la pantalla y me acompañas. Los sonidos, más que sonidos, son latidos del corazón. Los tambores y los acordes de la guitarra más que notas musicales son de mi alma la exposición. Y si miro a la pared parece que de las rugosidades nacen miles de sonrisas tuyas. Como si fuera posible evadir la sensación maravillosa del amor. El Winamp es sólo una estampa verde y brillosa de mi ilusión. La hora va pasando y debo ir a la escuela a entregar este manojo de hojas que en nada tienen que ver con vos, pero si lo pienso más que un poco en cada pequeño pequeño paso del tiempo me acompaña tu son. Va rumiando, como fermentando mi dolor. Atosigando el poco escenario descubierto que me ha quedado de vos. A veces no sé a dónde voy, te juro, an