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Mostrando entradas de octubre, 2019

Mentira

A veces está bueno (y otras es necesario) cuidarse de las mentiras. Hay mentiras de aluminio y hay mentiras aromáticas. No todo lo que se dice es mentira y no toda mentira se dice. Hay mentiras que se ocultan y hay mentiras que salen a la luz sin palabra alguna. Cuando vos ves te esclavizás, y cuando mirás te enamorás; es práctico y peligroso. Cada cosa que se cree puede ser una mentira inventada para tenerte ahí, punzante, atractivo, cegado, porque nadie te necesita a vos pero se necesita de vos. La soledad es horrenda y a la vez atractiva. Está sólo por elección pero también por desilusión. No te queda otra y podés hacer para que te quede otra. Te gusta y te molesta. Te encierra y te tranquiliza. Se abren los paraguas y las gacelas centelleantes, se abren las miradas y se miente para tenerlas a ellas. Denostar la esclavitud vendría a ser lo que te da plenitud. Lo que pasa es que ninguna persona es más importante que vos mismo. Y si querés deja

Guitarra

Cada vez que escucho una nota una voz una frase y quien las envuelve, la melodía, me remonto a los tiempos donde percibía, o creía, o pensaba (estúpidamente) que todo era posible. Que un árbol se bese con una lágrima, que un ovíparo charle con un mamífero o que una espina derrita a la rosa. Son todas cosas inconcebibles desde ciertos puntos de vista, y cuando vos las creías siempre había un ser humano que con un hondazo rasqueteaba dolorosamente tu ilusión (parece que los humanos se dedican a tratar de "ubicarte en tu palmera"). Cuando las cosas se pierden uno debería ser capaz de reescribir su historia. Organizar las ideas, las organizadas y las desorganizadas. Irte por un rato, porque alguien te espera. Desnudarte de vez en cuando porque a alguien le gusta como vestís. Tararear alguna canción con la que no te sientas identificado para ridiculizarte a destajo. ¡Cómo si las cosas fueran sencillas! Planear mucho, concretar poco, y volver a pla

Salir

Te amo y, mientras tanto, vivo. El amor es algo tan simple, puede llegar a sentirse en un segundo. Si cuando ves acercarse a una persona ya lo sabés, es todo lo que podrías querer. Y es también algo tan incomprensible que eso mismo lo hace maravilloso. Sale de la nada, como una inversión no planeada. Así que mi autoayuda es destituirte, ya que toda ilusión reconocible a ninguna parte podria conducirme. La destitución será serena. No siempre una se da cuenta de que tiene que hacer algo. Una lo sabe, pero tiene el alma atravesada. Un arma se ha percatado. Pero hay que hacerlo, hay que tomar la palabra y decidir, la que habla debés ser vos. No te lo esperás, creés que no vas a poder, pero sabés que lo has de intentar. Alguna vez lo valorarás, aunque a simple vista la locura se meta entre vos y la necesidad. Alguna vez el corazón tiene que parar de hablar, porque cuando grita da a entender que no puede más. Y no puede más, pero debe seguir queriéndose curar. A pesar de darme cuenta, no hic

Antes de que me muera

Antes de que me muera quisiera volver a respirar el aire que respirás. Pasear delante del viento y acariciarte el pelo, ése es mi anhelo. Quisiera también mirar el mismo escaparate por el que alguna vez se le ocurrió a tu mirada reposar. Yo no sé si habrás caminado por esas calles que caminé de la ciudad, pero antes de que me muera me gustaría mirar con una lupa cada baldoza por la que alguna vez te pudiste tropezar. Si por lo menos esto nunca va a ocurrir quisiera realizar ese trabajo de investigación antes de sucumbir. La vida es muy larga para vivirla sin tu sonrisa, y encima contar una y otra vez la distancia que te separa de mí sería algo que no podría resistir. Antes de que me muera quisiera contar los pasos que diste por esa calle, ver si la cruzaste por la senda peatonal o si te arriesgaste a atravesarla por la mitad. No me hubiera gustado que un tipo en un auto te insultara, pero si estaba yo en ese instante hasta lo hubiera ag

En el paddle

En el paddle la pelotita siempre te da una segunda oportunidad, de besarla, de coquetear ante su presencia y hasta de reventarla contra una linterna. Si desde el otro lado viene a media velocidad, te da tiempo a acomodarte  y tomarte una pequeña siesta, hasta podés errarle y luego atraparla en el segundo intento. Te ponés el traje, dejas que la pared te la lleve a vos y, entre masticar y masticar en el retroceso, la podes devolver a tu oponente. El paddle no es un juego de estrategia, es un juego de ubicación. Es ubicarte bien vos, ubicar bien la pelotita y reprimir la jugada del alfil hasta el final de la partida (en el cuerpo esperás la victoria concedida). No hay grandes secretos, sólo es menester saber descubrirlos y con ellos pasar el tiempo. Hagamos un approach de fuegos, que no haya silencios, que las paredes no se inquieten y el revés vaya con efecto. En vos lo detecto. Que se aturdan los componentes de las pelotas, que se sientan perpetuadas por la magia desconsiderada de

"Y el camino se torcía lentamente"

La hojita creció fina. Tenía un latido inmenso. Untaba su deseo con una cuchara. Pateaba la pelota con los chicos del barrio. Tenía una camiseta de Boca con la 11 de Perotti. Pero se quedó en 9 de Julio. Paseaba hasta la tienda de discos de la vuelta de casa. Veía los lentes de Piero y escuchaba los gritos de Lucía Galán. Hasta pasaba a la casa de un vecino y le intentamos vender choclos que llevaba mi amigo Joaquín, pero el hombre no tenia dentadura. Si de porfiadas y descaradas ironías ha pasado la vida, hoy la crema en mi rostro es lo único que se ha mantenido firme, como una necesidad de perfeccionar el caparazón de una endeble estructura. La hojita se escapó del herbario, el aroma se exilió con la venta de los diarios. Me latía el corazón como en una novela, "como un carbón encendido", y si pudiera contar las nervaduras de sus ilusiones no habría forma de abarcar tantos brotes. Las alegrias están de arcada en arcada, se disuelven en baldes de agua como el líquido de la