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Mostrando entradas de enero, 2019

Como la canción de Enrique

Te amo cuando es de noche, de tarde o de día, y a veces hago un impás para que mi corazón se rinda, pero aunque no lo diga pienso en vos a toda hora del día. Y sos en mí como un juego de palabras, o una laguna salina, y una calesita de sentimientos que siempre gira, o como un pliego de hojas que nunca se terminan, que tienen olores y humedades que no se mitigan, que abrazan al frío, al verano y al agua bendita, que tienen cables de plata y de cobre y que te electrizan. Y seguirás estable, rivalizando, con los demás mortales, porque como siempre habrás ganado la partida, sin competir con espadas ni con acciones distintas, sólo con tu sonrisa. Pero como las cosas no siempre son como pensamos, a veces con la estupidez miro el ocaso, voy a las carreras de caballos, me entrego a lo malo, la paciencia me suelta la mano, y tengo que vivir a desgano, sin el aroma de tu alma embarrada por el paso de los años, pero luminosa por haber subido tantos peldañ

Los títulos se repiten

Muchos se quieren a sí mismos, pero yo te quiero a vos. Y aunque me quiero a mí no me puedo resistir a vos, a tu color, a un olor que aún no sé cómo es, pero prefiero pensar que lo sé, como prefiero imaginar algún mar que me dé lo que más alegría me da, porque tengo una forma de creer y de conocer que no se ve y que siento permanecer, aunque abunde la distancia y las penas aparezcan de la nada, te tengo a vos en mi corazón y con eso creo que me basta. Y si doy vueltas por el centro o me voy a la playa, arde de todas formas mi alma con esa sonrisa que me encanta y que hace que todo valga, hasta más que la palabra. Muchos se quieren a sí mismos, es la ley de la humanidad, no lo podemos negar, si no te querés perdés hasta la fe, pero mi fe sos vos, sos el camino por el que estoy y el encuentro al que voy, seas de nadie, de todos o sólo de vos, te quiero para estar con vos, para ver el sol, para creer en el amor, en el que creo ahora, en medio de la ge

El primero de 2019

Te lo creés, querida, te lo creés, ¿ves? Vas creyendo cada cosa como si el mundo estuviera durmiendo entre pétalos de rosas, vas inventando alegrías que terminan siendo mentira, y el corazón se te estira como una garrapiñada de miga, un día cree y al otro parece que se muere, se aplasta sobre el sol secándose con el calor y no tiene la humedad de tu amor ni tu resplandor. Te la creés, mi vida, te la creés, te salpicás en la estupidez, huís del delito para amoldarte al abismo, las pequeñas olas del río te van zarandeando como a un niño, no sabés si dejar de ser o ponerte más a arder, como ardés ahora debajo de la sombra, esperando que su piel te dé todo lo que necesités, pero la lejanía no es cosa de un día, y más allá de lo que te motiva te sentís perdida, perdida. ¿Será que esto termina? 04 de enero de 2019