Lo imposible arde

Jajaja. Corren en mí histerias húmedas. El calor me acelera con sus hebras impuras. Algunas me salpican el corazón y otras la desilusión. No esperes por mi que me fui a pensar un poco. Demasiado tiempo estuve ya en el calabozo.

Pensé en conseguir dinero para pagar la cuenta del aire acondicionado, pero sentir la sofocación del verano ha despertado mi mentada sensación de estar en un orfanato.

Con dos o tres chasquidos del agua sobre la yerba en esta tempranera problemática de sábado tus caricias me he lavado, ya sé que no vendrán más a inquietarme, una cosa menos por la que me he despertado, y menos me he preocupado.

¿Desistí? Si. Encender lo imposible es tan vano como posible. No te vi, para qué seguir, problematizaré sobre la indigencia de almas, total si me pica un mosquito le echaré la culpa a tu indiferencia y su séquito, una de las tantas inutilidades entre tus vanidades.

¡Pero si este clima húmedo no tiene un templo! En sus armonías deja los graves de lado y pasa a los filosos agudos, ya vendrán mis estornudos, expulsaré tu nombre y te cubriré la mirada hasta el borde, sólo dejaré que tus muelas mastiquen las secuelas de lo que me ha quedado en mi pena.

Para qué pecar si se puede almacenar, y hacer que toda la vida quieras hacer a tu corazón sacrificar. "En esta larga noche" que pasó no pensé en vos, me cansé de inutilizar cada segundo, como si cada pedazo de tiempo fuera el mundo, ¡qué pensamiento tan absurdo!

Parece que leer me trae nuevamente a la vida y la transpiración de sus sueños me convida. ¡Que la miseria me tenga envidia! Y que bello es guardar para alguien más todo eso que por vos me invadía. ¡Me voy a jugar con el sol una partida!

Ya me leí eso de "los actos de la espera", que te entretienen mientras los dolores te desesperan. Mas, ¡qué estupidez terrible se avecina!, sólo ahora escucho cómo barren la vereda de la vecina, y me voy quedando sin tiempo, te amo pero es un tormento, a los sentidos les daré libertad por un momento, oh sí, ¡por un momento!

Jajaja. ¿Seré la única estúpida que de su estupidez se ríe? Afuera tiembla el calor y por dentro juega con mi vida tu amor, que no es tuyo ni mío ni de nadie, que es un invento de lo cobarde, es un pasar insoportable, tan bello y tan de nada, como una caja vaciada, serena pero asfixiada, le doy un golpe a las hojas y contra mi rebotan, no debo aceptar de vos ni siquiera una nota. Es un jajaja este instante en que se me ocurre por septuagésima vez la idea de olvidarte.

 ¡No me mando la parte! Es tal cual, lo imposible arde, como este libro de Roland Barthes.

21 de enero de 2017.

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