Entrenamiento semanal

¡Que lluvia angelical!, paciente pero insistente, golpea cada latido absorto del corazón, como si el jugo de este día le robara al romanticismo el arte culinario de exprimir amor. Y se escucha aquel ruido indómito que me dice "no renuncies", porque hasta que no se sabe del todo nada se sabe. Tan acostumbrados estamos a suponer, que hasta se supune que por las chapas se filtra el agua como un vapor extremo del dolor, pero no, hasta que no sabemos si es dolor o sólo espera, podemos aguardar. ¡Tengamos fe!

Me recompensan tus ojos (qué recompensa negra tan hemosa). Como los molinos de viento que mueven mi ser y me ahuyentan de la búsqueda de pokemones, me quedo hamacando el alma en un día gris, y ya es mucho decir. Practicando saltos acrobáticos he amanecido, escuchando el sonido en la tierra, oliendo a legumbres campesinas, si hasta no parece una mañana lluviosa deseadense (no se parece a nada amanecer pensando en vos y en tu aroma pegado a mis sentidos).

Toda una semana delimitando sensaciones, para estructurar un poco esta ilusión, colocarla en su lugar, sacarle un poco de jovialidad, entrenando con ella para que se quede dormidita en un rincón, pero no, es como salir del ensueño cada vez que aparecés, sin pedir cita, sin disculparte (sólo así, cuando aparecés de la nada, me cambiás el ruido por una sinfonía).

¿Entrenar o no entrenar? That´s the question! Hoy sólo me quedo en esta gota suave de lluvia pegada a la mesa, acariciándola, como es menester que te acaricie a vos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Mi devoción supera lo terrenal"

Sólo porque lo que dura no para de durar

New Year (Happy or common)