Esto de la dieta (último poema de octubre)

Esto de la dieta me tiene a punto de pensamiento. Si hasta la clorofila ahorra su verde en estos tiempos. Una frase que se recapitula para hacerse más corta, un ritmo ha perdido la dulzura y se embota. Para sufragar pensamos lo más rápido posible, y al poema que se regala se le escapa lo sensible.

La paciencia se ha vuelto inculta, y la serenidad se convirtió en bruta. El espacio de la virtud se destina al tecleo, y hasta me da impotencia porque no te veo. Pienso en grande y hago en chico, el minuto de deseo se ha vuelto cínico. Veo un portal por donde converger mis palabras, pero la lectura parece hoy un perro que ladra.

No hay momento espacioso para pensar, y mucho menos para jugarse y amar. Es que amar requiere de esfuerzo y concentración, y para nada se nos ocurre hablar con el corazón. Si hasta el beso se repentiza, porque hoy conviene lo que agiliza.

Es una verdad tan verdadera y oscura lo corto, que jamás se nos ocurriría no hacer de la vida un ahorro. Ahorrar fuerzas, ahorrar latidos, ahorrar miradas para dejar de satisfacer al amor hasta la madrugada.

Me enfrento a la "pisada escénica" de lo rápido, y dejar de dialogar con el otro ya es un hábito. Virtualizar el abrazo, no observar ya el ocaso, olvidarme que te amo, ¿a dónde iremos a parar a este paso?

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