Mentira

A veces está bueno
(y otras es necesario)
cuidarse de las mentiras.
Hay mentiras de aluminio
y hay mentiras aromáticas.
No todo lo que se dice es mentira
y no toda mentira se dice.
Hay mentiras que se ocultan
y hay mentiras que salen a la luz
sin palabra alguna.
Cuando vos ves
te esclavizás,
y cuando mirás
te enamorás;
es práctico
y peligroso.
Cada cosa que se cree
puede ser una mentira
inventada para tenerte ahí,
punzante, atractivo, cegado,
porque nadie te necesita a vos
pero se necesita de vos.
La soledad es horrenda
y a la vez atractiva.
Está sólo por elección
pero también por desilusión.
No te queda otra
y podés hacer para que te quede otra.
Te gusta
y te molesta.
Te encierra
y te tranquiliza.
Se abren los paraguas
y las gacelas centelleantes,
se abren las miradas
y se miente para tenerlas a ellas.
Denostar la esclavitud
vendría a ser lo que te da plenitud.
Lo que pasa es que
ninguna persona es más importante
que vos mismo.
Y si querés dejar de ser esclavo
pues a veces es mejor dejar de mirar un rato.
No pasa nada,
el mundo no se terminó
porque no toques algún botón.
Peor es que la sonrisa se borre
y que tu angel interior llore.
No pasa nada
si no te dejás mentir un rato.
La saliva sólo era carne
y la palabra sólo un brote.

30 de octubre de 2019

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