Guitarra

Cada vez que escucho
una nota
una voz
una frase
y quien las envuelve, la melodía,
me remonto a los tiempos donde percibía,
o creía,
o pensaba (estúpidamente)
que todo era posible.
Que un árbol se bese con una lágrima,
que un ovíparo charle con un mamífero
o que una espina derrita a la rosa.
Son todas cosas inconcebibles
desde ciertos puntos de vista,
y cuando vos las creías
siempre había un ser humano
que con un hondazo rasqueteaba dolorosamente
tu ilusión
(parece que los humanos se dedican
a tratar de "ubicarte en tu palmera").
Cuando las cosas se pierden
uno debería ser capaz de reescribir su historia.
Organizar las ideas,
las organizadas y las desorganizadas.
Irte por un rato,
porque alguien te espera.
Desnudarte de vez en cuando
porque a alguien le gusta como vestís.
Tararear alguna canción
con la que no te sientas identificado
para ridiculizarte a destajo.
¡Cómo si las cosas fueran sencillas!
Planear mucho,
concretar poco,
y volver a planear situaciones
que antes no tenías acontecidas
en tu pensamiento.
Romper la barrera de lo conocido y
pasearte por el abismo de lo desconocido.
Sacar los ahorros
y gastarlos un poco en cosas insignificantes.
¿Habrá que reinventarlo todo,
o basta con separar lo bueno
de lo malo?
A veces es bueno también volar bajito
así no te perdés.
Mis oídos zumban con tanta guitarra.

29 de octubre de 2019

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sólo porque lo que dura no para de durar

New Year (Happy or common)

Hacia el cielo