#CadaUnoConSuMate

Hace días que no veo televisión en vivo. Unas semanas atrás "suspendí" la conexión de Direct TV porque veía poco y pagaba demasiado, y tomé la opción de tener un decodificador al que le pueda cargar saldo y utilizar cuando yo quisiera. También conecté Wifi en casa (antes sólo usaba datos móviles y gastaba mucho), porque es algo necesario para mi trabajo y mi nuevo estudio, además de mi recreación. Así que hasta hace un rato estuve mirando "Bake Off" en Telefé online. En el corte de bloque estuve observando las publicidades, y una de ellas era de una yerba mate. Descubrí el hashtag #cadaunoconsumate.

Obviamente que tiene que ver con la situación de la pandemia, porque al tomar mate con otras personas estás compartiendo saliva, pero, ¿con qué necesidad? No hay muchas personas que tomen mate en el trabajo, porque se están dando pocas situaciones laborales con otros, por la cuarentena, y muchos toman mate solos, más allá de la situación actual. ¿Pero en casa también? Si estás conviviendo en tu hogar con familiares, con mate o sin él, te vas a contagiar de todos modos si alguno tiene el virus, ¿no?

Pero en realidad no es esa mi mayor preocupación: el tema aquí es la diseminación de mensajes para que todos sigamos reglas estrictas al extremo. Entiendo que no hay que salir para no diseminar el virus, para no ser parte de aglomeraciones y para cuidar a los demás y cuidarse, ¿pero la instauración de hashtags con "deberes" no será extremo? Yo misma me veo a diario usando hashtags como #yomequedoencasa o #quedateencasa, pero estoy comenzando a ver un más allá que puede ser una doctrina. No sé si es político o empresarial, pero no me cierran los extremos.

Me gusta ser consciente, porque no tomo mate con nadie en la escuela si estoy enferma (para no contagiar a nadie), o trato de no tomar para no enfermarme cuando otros lo están, ya es habitual en mí, pero, ¿qué onda con esta nueva moda del hashtagueo de la obligación?

Que la cuarentena y la pandemia no nos instaure la obligación de no compartir un mate, o de no abrazar, o de no darle un beso a alguien, o de no visitarlo en su casa o que te visiten, cuando todo haya terminado.

Soy una persona solitaria en gran parte por elección, ¿pero que la antisocialidad sea un patrón de conducta para el futuro, como algo que se haga costumbre? Al final, deberé darle crédito al libro que hace años nos hicieron leer en Teorías y Sistemas de la Comunicación: "Telépolis", de Javier Echeverría, en el que el autor hablaba de esta sociedad lejana, donde pocos tienen contacto (o hay gente con nulo contacto) y donde hasta los viajes se hacen observando imágenes y no yendo a los lugares de nuestro interés. Eso pasaba, pasa y seguirá pasando, pero, ¿hasta qué punto se hará rutinario para todos nosotros?

En esto no soy de ponerme como ejemplo, porque no me afecta demasiado, pero imagino a los seres sociales y veo un futuro negro si no hace nada al respecto.

Quedate en casa, hoy, porque es necesario, pero pensalo, para mañana. Recordemos que el aislamiento, así como la aglomeración, son dos de los motores del control. Te doy tarea, pensá vos los ejemplos. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sólo porque lo que dura no para de durar

New Year (Happy or common)

Hacia el cielo