Presentación institucional



Persigo los lineamientos curriculares de tus ojos, me voy metiendo en un laberinto con cerrojos,  y sé que me vas a criticar por hacer de la estructura mi propio escarmiento, pero quizás no pueda decidir ser distinta a lo que soy cuando te veo de lejos, porque es mi escarnio de color, y de cerca no sé si me atrevo, tendría que perfilarme como una socióloga que va confirmando en las visitas a los hogares sus estudios milimétricos.

Por afuera no te tengo, es por dentro que te siento, y aunque me lea todos los manuales de la primaria y la secundaria que me han dejado los profesores y los maestros, creo que aún así no aprendería a olvidar tus ojos negros, porque veo el mousse y te encuentro, veo los genes del termo y me entrego, palpo la mesa, como quien va tanteando el terreno, y me parece estar acariciando tu cuerpo, y no es una actuación lo que a vos me vincula, pero es la imaginación besando el cuero del sillón en una noche de pasión profunda.

Ay, es la desesperación incontenible de pensar en vos en todo momento, agito el despertador y te veo hasta en su pantalla estúpida, que pretende despertarme a la vida como si todo esto fuera un juego, pero vivir no es un juego, y me voy consumiendo, apretando tu sonrisa en una medialuna y mirando tu luz en el café negro. ¿Hay estrategias metodológicas en los veleros?

Ay, pasea el tiempo como un tambor refregándome en la cara lo que no vivo y voy perdiendo sin haber ocasionado un solo encuentro, pero tengo fe en que algún día la energía cambiará y me des un beso, eso todo lo pienso, lo invento, y mientras tanto me voy caminando por las veredas barrosas hasta la casa de mamá como si el paso de la vida me importara un bledo, ni siquiera a terminar este proyecto me atrevo.

No sé si tengo que ir al médico, si por fin mañana se reinstalará el trabajo después del paro, o si todo el desperdicio de utilidad que voy viviendo es sólo un pasaje de “Volver al futuro” y su cuento. Ya lo decía Bataille, si en esta sociedad utilitaria no rendís dividendos todo se va al cuerno en cualquier momento, y yo me quedo pensando en vos como si la ganancia fuera igual a la ignorancia y la naturaleza un producto de la inoperancia. ¡La bibliografía me cuesta detallarla por vagancia!

Ay, son demasiados los contenidos curriculares pendientes de aprobación, aún no sé si cambiaré de estación, pero seguro me quedaré en vela experimentando con el color (dicen que la experiencia es el camino de la salvación), y cuando me veas de frente me aseguraré de estar firme en mis decisiones y de pulir el amor que te tengo en los gemidos de tus constelaciones.

Este programa curricular
viene a traerme bocaditos de chocolate negro,
y no puedo evitar distraerme
cuando tu sonrisa se aparece de lleno,
sin divisas,
como un arma de la milicia,
y entre los lineamientos de tus ojos
y tus labios
está el lodazal
de esta presentación institucional,
que me hace atar cabos y nombrar minutos,
entre los contendidos actitudinales
y los objetivos,
para poderte esperar.
No tardes más.

13 de junio de 2018.



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