Mejunje

La hipocresía inhibe la circulación de las venas, las relega a los confines oscuros de la vida externa, a aquellos lugares ocultos e intransitables, porque ser hipócrita parece ser (según el canto popular) lo más saludable, lo más conveniente y aceptable, entre el escepticismo detestable.

Encastrar la tiranía en el mundo, insistirle a la caradurez y a las falsas sonrisas, ¡es una testarudez! Pero a quién le importa, si parece mejor visto ser risueño y absurdo que un verdadero en andas de un vertedero con cerebro.

El amor está quietito debajo del felpudo, belludo, intransigente, indiferente, es un derramado y escueto sincericidio al que confinan al suicidio. Originar muecas en el destello de las estrellas parece ser más válido que una flor bañada en el sudor de la luna llena. Parece menester salpicar el cosmos de promesas y reclamos, cuando lo más hermoso del mundo es decirte "te amo", aunque no me hagas caso, y que se vaya todo al carajo.

Creo que lo mejor será saber cuáles serán las cartas del otro antes de jugar las partidas propias, porque la prevención hace a la definición y la concreción a la erudición...devastación, escribo y parece que hiciera una revolución, cuando lo único que hago es arrojarme de un balcón.

Y entre el intrépido mejunje de estas iniciaciones de frías estaciones, cada vez te amo más, en cada pedacito de silencio que practicás, en cada trozo de sonrisa que no me das, en cada parcela de espacio que separás, en cada duda que no tenés y hasta en el contenido esfuerzo por mostrarte como no te ves.

Contenéte corazón, porque las palabras rejuntadas, nuevas y pasadas, triplicarán tu defunción.

31 de diciembre de 2016 y 01 de julio de 2017

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