Corazón agrio

 Ni valiente, ni fuerte: 

como la leche,

que cuando pasa el tiempo

se vence.

Si se toma un té verde

puede obtener ventaja del clima

y objetarle la necesidad intrigante

de moldearle.

Si te das cuenta,

te vas haciendo a la imagen

de quien te mira,

y te juzgás a vos misma

aunque sea mentira.

Como las nubes que van galopando

a campo traviesa

y se agitan,

el corazón se te va contracturando

y ya no palpita.

Se arrastra en la planicie

esperando el momento de su muerte,

mientras tanto son agrios los latidos que expulsa,

mientras tanto se duerme sin la luna.

Su silencio no es inacción ni desesperación,

es la espera de la acción que espera la consumación.

Por eso no dice

ni alto ni bajo,

cada figura retórica de sus pasos

pende de un hilo,

sujetada a una sonrisa

o a la evolución de una respuesta que no llega,

ni se acelera en el camino de su tenue espera.

Sería como sacar una espina de la rosa

sin quebrarla,

sin pretender que la rosa por su espina

de amor no muera,

como se van apagando los corazones

sin esos besos que otros tienen a montones.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Sólo porque lo que dura no para de durar

New Year (Happy or common)

Hacia el cielo