Los feriados hacen que me condene

La mujer es un volcan en erupción. No hay potencia más fuerte, no lo digo sólo yo.
Yo no sé si alguien se anima a hacer cosas locas, pero no de cerebro, sino de corazón. Estas cosas suceden, podés trastabillar, no todas somos como vos. Si la anemia te inquieta, debés poderla enfrentar. Por más cruda que sea la noche, la duermo una vez más. Es ácido el silencio, la lengua se esconde y se retira a descansar. La vida que soñás no es tuya, y sin embargo te empeñás en seguirlo queriendo intentar. Estás enferma, pero hay líquido al costado y una pastilla para dejar de pensar. Te rendís a lo incierto, y aún así pretendes una vez más avanzar hacia lo que no va a llegar. ¿No te cansás? Sí, pero pretendo continuar. Con una pierna, o las dos, me imagino que nunca voy a dejar de hacerlo una vez más. Aún falta sembrar en el patio un árbol de jazmín, y todos estos días son aprovechables porque necesito no volverme a confundir. Alrededor veo espuma, gente que se viste y sale a pedir. ¿Y por dentro como vivís? ¿Te lo planteás? No, porque me voy a sentir mal. Si tenés una deuda con vos, con la de adentro, tarde o temprano la podrás pagar. Cuando el corazón se hace elástico es mucho más sencillo dominarlo. El lunes feriado está dominado, demasiado brillo que no brilla. Te entregás al camino y despertás, "alcanzaré las olas" y beberé con vos, aunque no estés. Los colores verdaderos son otros, el reloj no los marca, ni la edad, que te congela el alma pero te hace quemar el cuerpo. I will catch you, in other life, donde no haya más nada que yo, o que vos, y todos los ruidos se callen, y tengan angustia de interrumpir, y sólo encontremos ardiendo entre los cuerpos nuestra voz.

Ayer y hoy.

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