Meterte, ahí dentro, ahí donde molestás, ahí donde podés insultar, ahí donde hacés mal y podés disfrutar, ahí donde condensas tu vida en un momento para vivir la de otro, o para perjudicarle, por perjudicar nomás. Ahí donde la calvicie de sueños te satura, ahí donde no sabés querer, ahí donde tantas veces estuviste y tuviste el efecto deseado, ahí querés volver, ahí, sólo porque querés, porque amanecerte entre sonrisas no es tu deseo, sino entre risas frescas de hipocresía e insensatez. Ahí, ahí donde creés que hacés doler, ahí donde sabés que hay un humo feroz que podés provocar sin que se cocinen los buenos deseos, ahí donde canta la tremenda intolerancia, ahí querés proceder. Ahí, unas sanguijuelas molestando el aliento de los visionarios, ahí las ideas querés ver retroceder, ahí, con una injuria someterlas a tu poder, sin saber que el poder es un terreno del viento y de los polvos, y como al hielo verás anochecer.

Comentarios

No creo tener las suficientes millas acumuladas para visitar aquel paraje.

....tampoco creo que me quieran llevar, gratis.

bendixcs
Anónimo ha dicho que…
epa epaaaaa

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