En el alma

Cómo pega el alma

en una noche de insomnio,

y sin que estés a mi lado

siento tu abrigo,

por eso te llevo conmigo.

El alma pega lengüetazos al aire,

arroja lengüetazos al silencio,

ejerce una sofocación contra el tiempo,

que tiene la costumbre de pasar

y no pasar

cuando se precisa que se detenga el viento.

Porque la tormenta está muda

pero también es incesante,

como poner tu grito en espera,

y callar lo que no querés que se entere nadie.

Una piel que te lleva

aunque no te haya sentido,

es más resistente al desastre

del olvido,

es más peligrosa al tacto

que no te ha vivido.

Por eso te llevo conmigo.


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