Las verdades están llenas de arena

 

Por un minuto abandonás

el vestido, o la pantalla, o el dolor.

Por un minuto sos vos.

Y después de caminar unos kilómetros

te equilibrás

y ya no sos la muñeca de cera

que se destruye

cuando le late el corazón.

A veces tenés ilusión,

y otras veces una vestimenta

que te va bien

con lo que alrededor se ve.

Pero es cierto,

da pena no ir bien,

da flojera estar encerrada

en una manta amarronada,

si se puede aparecer durante el día

en una capa dorada.

No es insensatez,

es aburrirse de ser

y empezar a parecer,

porque la verdad está llena de arena.

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