No estoy enamorada, soy necia

Hace mucho tiempo que estoy enamorada y que no escribo un poema de amor, un relato de amor, una carta de amor. No llegan las formas ni interesan lo excesos al escribir, no abundan las palabras pero sí las lecturas. Porque comprendí que no estoy enamorada, sólo soy necia. ¿Cómo es posible adorar una sonrisa? La luz es sólo un efecto lumínico que emana de algún compuesto químico o cósmico, no, no es una explosión en el alma cuando escuchás su voz. Tampoco es despertar a la madrugada porque el pensamiento se te nubla con su aparición, no, es sólo que no descansaste bien en el día y el cansancio te agotó, por eso no dormías, por eso no le hacés demasiado caso al despertador. Y ni pensar que es la desilusión en busca de una ilusión, de un motivo, de una necesidad de saber algo más de su ser, no, es sólo investigar para hacer un reconocimiento del ser humano y un aprendizaje de sus comportamientos, para saber más, nada más, no es que la amás, es querer saber la verdad. Son todas sensaciones testarudas que se indignan si no salen al exterior, que se enturbian si no le decís como sos. Esa necesidad urgente de saber de su existencia es sólo que no querés estar ausente en medio de la gente, es sólo eso, el confinamiento secreto de tu voz no le llega ni a la punta de su talón, y tampoco es que querés descubrir el ambiente que la rodea para tratar de hacerlo mejor, no, es todo el puro orgullo de querer ser importante para ella lo que te da el valor. No es nada de amor, esta gota que va cayendo, triunfando en su lealtad, uniéndose a sus parientes para su herida destapar. No, no es nada de amor, nada de amor, es sólo necedad, este latido de mi corazón.

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