En cada paso

En cada paso que doy,
a veces ni siquiera me resisto,
y en otras desisto,
pero en cada paso que doy,
debajo de la media,
como un pétalo,
o en el alfiler de la escarapela,
estás vos.
Como si quisiera deshacerme
de tu injusta
pero tremenda presencia,
me voy llenando de minutos,
gano espacio
con grandes ruidos,
los voy estorbando
con pensamientos,
escucho otros discos
y me como un yogurt
para olvidarme del riesgo
que implica pensarte
en la mañana o en la tarde.
Y me convierto en caminante,
voy y vengo a la escuela
para matar el tiempo
y no darle cabida a la espera,
pero no hay caso,
me ponga zapatillas
o zapatos,
y camine de frente
o de costado,
me acompañás
en cada paso,
como si no hubiera delito
que no hubiera intentado,
borrar tu presencia
los domingos o sábados,
besar algunos libros
en días feriados,
mirar televisión
con los ojos cerrados,
o tantas cosas más
que me he inventado
para no seguir pendiente
de lo que podés acariciar
o de lo que has olvidado.
En cada paso que doy,
aunque pienses que no,
siento este amor,
y quizás ni siquiera lo pienses,
quizás sea yo
la que sólo lo invente,
la que todo lo siente,
porque creo que soy valiente,
pero al final me parece
que temo sentirte ausente
y me hace doler el alma
que transcurra un día
sin posar mi mirada
en vos
mi amor.
Que no es mío,
pero que lo imagino
como si esta vida
pendiera de ese hilo.
En cada paso que doy,
sin ninguna explicación,
ninguna,
te tengo a vos,
como llenando agujeros
donde todo está repleto,
busco encontrar
lo que no hay,
dialogar
cuando la idea es callar,
y vos hablás
más allá del mar,
y no te puedo escuchar,
pero te llevo
en cada paso que doy,
amor.

05 de septiembre de 2018



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