Entradas

Mostrando entradas de junio, 2008

Ladridos de moscas

No se quien es, aquel que desde el olfato experimenta terror en el otoño. Surgen los ladridos y avanzo. Me río en forma descocida mirando los pasteles de los parásitos recorrer las calles hipócritas. Huelen hasta las piedras entre fragancias y renombramientos matutinos. Clasificar, fiscalizar, penalizar, señalar, burlar, ejercicios desastrosamente argûidos y manifestados por un inconsciente incómodo y de psicología contraria. ¡Sudan las barreras del horror!, ¡tiemblan los supuestos! Entre el ronroneo de los animales y las mieles de la charlatanería se arma la fogata de la envidia, los envidiantes saltan bailando alrededor, entre miradas cruzadas que olfatean a las presas.. Tengo todo este rollo introductivo en el tintero, buscando rayar la pantalla, o simplemente quebrarla para el espanto, y desde aquí poder introducir un capítulo del libro "Asi habló Zaratustra", de Friedrich Nietzsche. Hace años cruzó mis ojos como alborada repentina, y reí a carcajadas, pero además me tran

Change the world

Cambiar el mundo es algo tan difícil, requiere de emoción y lágrimas, de dudas y temperamento, de ojos salpicados y tormentas, depende de la buena predisposición de ni siquiera hablar mal del otro cuando estamos absolutamente solos. Como lo decía Nietzsche, eso nos haría honrados, y es precisamente la honradez por donde deberíamos empezar. Son millones de cosas, son descartar la hipocresía, censurarla en un sobre a un destino de indecencia, retener la lágrima para colgarla en un cuadro y observarla de vez en cuando, cuando nos riamos tanto tanto que nos hayamos olvidado de emocionarnos, sacarla al exterior y extender las manos como una esponja para absorver la inquietud de vivir. La perfección es tontería, es una hecatombe desnuda, congelar el pasado es decretar el olvido, enterrar la memoria, hacer oídos sordos a los reclamos una determinación de caminar liviano y a pasos escondidos. Escuchar, manipular el acto de la naturaleza, regresar al choque de miradas, trascender la pena para c

1 de junio...

No hay espera que valga, salen las estrellas a merodear por las margaritas nocturnas. El iris de tu mirada fluye en la noche. Tengo frío, hace demasiado frío en la soledad tibia. Me rompo los ojos tratando de observar el futuro, mañana es un incienso dorado y plagiado, el aroma da respuesta a la rutina de la ignorancia, los grillos a los ciervos que atraviesan la noche detrás de la humedad de las plantas, mis manos tanteando las tuyas donde nada tiene ya oportunidad de ser. Pasan la una y media de la mañana como dorando este junio insensato anticipándose al 33. Aun los 32 recorren lo que quiero encontrar, aun hay cenizas dentro de las miradas, aun tiembla el recuerdo. Pero huyo, y nadie puede atraparme, haré silencio y me olvidaré, enjuagaré mis oídos con esta música y ensuciaré las teclas con las palabras secretas, que te esperan para leer...