¿Dónde está el deseo?

No hacer nada, ¿es realmente no hacer? Hay una confusión conjunta, una multiplicidad de prejuicios que circundan y que reniegan de ser superados. Se nos pregunta por el hacer frente a una computadora, por el leer un libro material o refregarnos los ojos frente a un libro virtual. Se nos prejuzga por trasladar letra por letra desde el teclado, o dibujar entre cursivas porciones de frases en papeles o fusionar nuestro entendimiento con la "tecnología" del copy-paste. No se, en este momento me atengo al prejuicio del que soy destinataria y prefiero trasladar desde mi mente unas cuantas frases que emulan los momentos vividos en el resplandor de un Notepad, y de allí copiarlo a este blog de sucesivas anécdotas.

Ahora es lunes, pero ayer fue domingo y el momento exacto de la escucha de prejuicios fue un sábado. El ocaso erige sus palabras, la legión del pasado pretende comprender a los pequeños centinelas del hoy y sus perpetuas "pérdidas de tiempo" frente al aparato todopoderoso. ¿Le hacemos caso al prejuicio? ¿Estaremos debatiéndolo en medio del insomnio? ¿Nos conformaremos con aceptar como verídico el objeto de ese prejuicio e intentamos trasladar los escenarios para "saber más" o bien lo descartamos porque en el ente del todopoderoso artefacto no importa el medio sino la intención? ¿Es real entonces la causa de ese prejuicio? ¿Será tedioso siempre estar "retrucando" y explicando cada uno de los por qués? Pero, al fin de cuentas, no es más que un prejuicio. Los argumentos están a la vista, sí, pero, ¿acaso es menester entrar a cada cerebro y personalidad para darse cuenta de cuáles son las verdaderas razones del abandono? ¿Cuál es la verdadera razón por la que un ser puede flamearse en una autopista del todopoderoso actual? ¿Cuál es la verdadera razón por la que un ser humano no encuentra identificación con una base solidificadora y consciente? ¿En qué pueblo quedó el pasado "feliz"?

Supongo que el prejuicio atina a señalar a un joven con su aterradora necesidad de evasión como un perjuicio extremo y maloliente. Estar "al pedo" supongo es estar buscando una razón, una identidad que no se puede encontrar, una cabina donde la paridad con la seguridad sea inherente y concreta. No me animo a entrar más en cada mente, eso ya depende de cada ente. Lo que puede significar errado para los puntos de vista extremos puede significar acertado para otros puntos de vista anticipatorios y románticos.

El estandarte del prejuicio se nutre de espera y escaso compromiso. El estudio nos hará libres, se dice, mientras no sea un objetivo para los colmillos del capital, me parece. Hierve la lucha por el ser; no es escasez de acción lo que fluye, es escasez de deseo.

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