De principio a fin
El gentío se desparrama en los sobres de la tarde (murmura, expulsa, codicia), con la elipsis de vos la pantalla vacía me hace extrañarte. Los correos de la noche apenas despuntan sus vicios, muerden el dolor en sus intersticios. Urgen unas insípidas distracciones, al menos me regocijarán temporalmente como unos rellenos bombones. Y eso que generalmente no me gustan, porque el chocolate tiene estrategias difusas. Calma la inanición de amor, para luego ensalzar a la ansiedad y confinarla a su rincón. (La abstinencia es una desfachatada obsecuencia). Debo pertenecer al olvido (acariciarlo, perforarlo, administrarlo, habitarlo), pero aparecés y el estúpido indiferente me vuelve a mi realidad urgente. Papas y batatas esperan, el horno las acelera, cocción a fuego lento en el alma que me tiene como carcelera. Me oprime, malgasta mi libertad, la envuelve en un trozo de pan (ni aún así viendo mi realidad puedo recapacitar). Ay querida mía, el año en que vos dejes de sentir así con u...