Último día de septiembre
El mes que da
comienzo
a la primavera
se termina
con tu presencia
en mi vida entera.
Sueño con tus ojos
que son mi antojo
derrumbando esta
indecisión
que podría sucumbir
ante la pasión.
El fuego interno
de esta alteración
me moviliza
la inspiración
que no hace más que
pensar
en poderte
conquistar.
Tiembla mi corazón
sintiendo esta
posesión,
¡qué erudición,
devoción,
juego en la prisión
de mi emoción!
Es tan delicioso
hacer con las
palabras
mi propio calabozo,
que encerrada en tu
cuerpo
insistiría en
tocarte
hasta el fin de los
tiempos.
Sin hasta en estas
nubes
he comenzado a
desear
lo que nunca tuve,
¿cómo no voy a
pensar
que entre tus brazos
me podría extasiar?
El último día de
septiembre
me trae unas
mariposas adentro
que hacen que te
piense,
y me incita desear
tu piel
que atraviesa mis
pensamientos
como a una tostada
la miel.
("El olor a café me atrae,
me lleva de las narices",
acercaré la taza
para borrar mis cicatrices).
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