La primavera
La primavera no es una etapa fácil.
Las cadenas que te ataban parecen despegarse del cuerpo
y no sabés qué hacer con esa libertad.
Su son es indomable.
El otoño fue más revolucionario,
y la primavera la sudestada que lo culminó.
Cuando la omnipotencia se desatasca
y se expresa en tu interior,
no sabés si es mejor la ignorancia o la ilusión.
¿Dónde está realmente el verdadero
sistema de producción?
¿Quién tendrá ahora en sus manos
los materiales para la disolución?
¿Es menester unirse, preguntar, estar pendiente,
o la distancia es la mejor aseveración?
¿“La primavera la sangre altera”,
o con la primavera viene la verdad que despega?
¿Puede ser que la libertad de pensamiento y sentimiento
sea más egoísta?
¿Y eso es el bien,
o no es correcto ser tan poco detallista?
¿Está bien que cuando empieces algo nuevo
esa novedad te imprima lo pegajoso que genera?
¿O bien en una relación es menester
la distancia y el desapego?
Después sigo.
Comentarios