La verdad, ¿cuál es la verdad?
Dios, te pido
que me des esa serenidad que me caracteriza,
mayormente,
porque,
¿cómo hacer para no pensar
en la diferencia?
La diversidad no es tan transparente
como aparenta ser.
Sin embargo,
a veces me siento
más diferente de lo que soy,
egoísta,
a veces,
y otras, no,
¿o no?
pero no tanto
como para desbalancear el arte de mi solidaridad.
El otro importa,
y mucho,
pero en la mente dispersa
y el corazón endeble
todo se debe.
¿Cómo hacer para que no me importe
el aroma que me impulsa el alma?
Por eso la claridad
es un bien sustancial
para encaminar
mi tranquilidad.
Por eso recorro algunos caminos
para dejar de enturbiar mi proceder
y entender que la unidireccionalidad
conduce al desajuste de la verdad.
¿Importa la verdad
o le escupo encima a su vanidad?
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