Un aroma

 Un aroma puede ser persistentemente práctico, 

o persistente y práctico,

o simplemente hipnotizante.

pero nunca inactivo.

Los contratos que tenemos pactados con nuestros sentidos

son realmente confusos,

¿cómo controlar el delirio?

La inestabilidad es un arma de doble filo, 

te inquieta, te perturba,

pero también la aceptás,

la respirás,

la ansiás, 

la deglutís

y la disfrutás.

Un perfume no puede enquistarse de tal forma

que el ánimo te desborde de felicidad,

¿o sí?

La vida misma está en este aroma,

ni siquiera la lluvia puede opocarlo,

ni un chaparrón de sonrisas sin forma

ni la elegancia pueden transformarlo.

Un aroma es un conquistador encubierto

que va enturbiando tu día con suspiros,

y si me apurás te digo que me asusto

con tanta maravilla en el camino.






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