Ayer, dominada por el pensamiento, me extasiaba

Hoy en día le doy preeminencia, importancia, trascendencia a lo que me pasa por dentro.

Me conformo hoy

con tener el corazón ungido de placer,

la sabiduría me domina,

se me arrima y no escatima

en cerrar viejas heridas.

Hay locomotoras solemnes,

pero esta que me atraviesa el cuerpo

con sus vagones me estremece,

no tengo sensaciones palpables en la piel

pero se advierte un jugo denso e intenso

en lo que no se puede ver.

Hoy en día pienso en lo que siento

y no me importa demasiado lo que en otros cielos acontece,

no quiero hacer una sobreestimación de mi sentimiento,

pero es la lumbre del incienso.

Ayer, dominada por el pensamiento,

me extasiaba,

y tengo suficientes artimañas para transformarme

en una enamorada.


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