Obsecuencia
Estoy oliendo a obsecuencia, ha entrado a
casa con la finura de la tierra que revolvió el viento: me ataca, no es un
invento. Dicen que con tanta revolución terrenal vienen las enfermedades, y no
llueve, y siguen escapando los aires incondicionados, y sopla calor,
desentierra la voluntad que los inauditos han de llenar.
Presiento que es fatal la enfermedad del
corazón, por eso reniego absolutamente de esta situación y en el eclipse
rockero perderé mi razón: no hay otra solución.
(Y ahora era necesario repensar, porque cuando una se
enamora de un imposible es complicado, veo y siento a las baldozas de la acera
todas salidas, como demoronando su experimento peatonal, y la gente de la Municipalidad no
tiene jurisdicción para arreglarlas, lamentablemente. Yo tengo que ser fuerte,
ya que el que no lo es pierde, una y otra vez pierde, y ni siquiera completar
un millón de solitarios podrían remediarlo. También sé que hay que afrontar las
consecuencias, pero a veces te da más bronca que tristeza, y molesta verse. 06
de marzo de 2019)
Las alabanzas vienen marchando, sacuden sus
condenas como el mar virulento. Me hacen acordar a cuando en Cristina todo era
disculpado por parte de sus fanáticos, ni una mínima duda, ni un pequeño hoyo
negro en el ático, es el espíritu del enquistamiento que se acerca en cuclillas
con la obsecuencia en los pies y un tarro de miel para beber. La verdad parece
envejecer. Y no sabés si volver a creer.
No cuestionar es tirar a matar, cuando nada
hay que pedir ni querer solucionar se podría erigir ese permiso al maltrato que
tanto puede hacernos daño, y los síes eternos habitan en los caños, rogando
secarse con paños. Llevar la conciencia a su realidad es pasear en beneficio de
la libertad: no hay peor cárcel que creerse todo y dejarse alabar, es amarrar
la libertad y entristecer tu voluntad.
Y en tu eclipse me acurrucaré, pero sé que
todo es iluso, muy bien lo sé, como la garganta en la pierna de un gemido, masajeando
la fiebre sobre lo poco que sé, hundiendo mis ojos la en piel, porque hay mucho
que mirar pero no quiero ver más que tu nada (que no sé si tiene calma), le
insistiré, la tentaré, enterraré sus campos de fuerza y la besaré. Y aunque
caiga rendida le anunciaré la verdad, no hay ficha más arriesgada que jugarme a
sacarla de la oscuridad, porque con mis besos seré para ella toda sinceridad.
16 y 17 de diciembre de 2016.
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