¿Sabés?
¿Sabés cuánto lo imaginé?
Y ahora que aún no puedo te miro más, como desde cuando te miré. Las flores
huelen a destiempo, porque esta primavera va cambiando de humor como de viento,
Sus amantes me destruyen
con las alergias,
y no sé para dónde voy,
todo es una sinergia,
como un retrato que mira
el sillón.
Si me compro lapiceras
nuevas
quizás escriba mejor en
los libros de temas,
pero esto de ir
inventando teorías nuevas sobre la marcha
me desconcierta.
Volver a casa,
pensar en lo mismo,
trabajar sobre tu mente
para que no caiga por el abismo,
para que no caiga por el abismo,
y sólo querer que te
abrace el silencio
en una hamaca,
en una hamaca,
que te saque los pesares,
como te desprendés de tu
ropa en la cama.
¿Sabés para dónde voy?
Aunque tenga las cosas programadas todo se desvanece en cada madrugada, el café
me mira como su siniestro pasatiempo, lo acaricio con los labios, lo degusto,
pero finalmente se retira
como la paz del mundo,
sin decir nada,
sin practicar avisos,
y en primavera no está
para comerse un guiso.
pero finalmente se retira
como la paz del mundo,
sin decir nada,
sin practicar avisos,
y en primavera no está
para comerse un guiso.
Besos que van y que
vienen,
que se instalan en el
pensamiento,
que fraguan sensaciones
que les convienen
que muerden suavemente tu
aliento.
¿Sabés si cada cosa está
en su lugar? Acomodadas están, pero, ¿en su lugar?
Y si se olvidan de respirar,
y si caminan como si los costados no contaran,
y si se adormecen para pasar el rato,
y si se despidieron pero no hicieron el saludo con la mano.
¿A dónde se va lo que has hecho en vano?
Y si se olvidan de respirar,
y si caminan como si los costados no contaran,
y si se adormecen para pasar el rato,
y si se despidieron pero no hicieron el saludo con la mano.
¿A dónde se va lo que has hecho en vano?
Hoy no tengo ganas de
pensar en abrazarte,
porque lo que no quiere
ser abrazado
de mis ganas se ha marchado.
07 de octubre de 2017
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