Último día de septiembre
El mes que da comienzo a la primavera se termina con tu presencia en mi vida entera. Sueño con tus ojos que son mi antojo derrumbando esta indecisión que podría sucumbir ante la pasión. El fuego interno de esta alteración me moviliza la inspiración que no hace más que pensar en poderte conquistar. Tiembla mi corazón sintiendo esta posesión, ¡qué erudición, devoción, juego en la prisión de mi emoción! Es tan delicioso hacer con las palabras mi propio calabozo, que encerrada en tu cuerpo insistiría en tocarte hasta el fin de los tiempos. Sin hasta en estas nubes he comenzado a desear lo que nunca tuve, ¿cómo no voy a pensar que entre tus brazos me podría extasiar? El último día de septiembre me trae unas mariposas adentro que hacen que te piense, y me incita desear tu piel que atraviesa mis pensamientos como a una tostada la miel. ("El olor a café me atrae, me lleva de las narices", acerca...