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Mostrando entradas de mayo, 2025

No tiene sentido

 No tiene sentido, no,  nada lo tiene. Más pienso en eso y no le encuentro un sentido, más pienso en vos, más te veo y más vivo, pero no tiene sentido. A veces quisiera comprender más, por qué de pronto todo esto, porque un día todo se viste de lumbre y al siguiente es mi corazón el que sufre. No intento descifrar abruptamente los hechos, pero tampoco puedo descansar, el pensamiento se me está yendo de las manos y lo debo recuperar. No tiene sentido, nada de esto tiene sentido, ¿por qué sólo venden pochoclos dulces en el cine? El universo te muestra las señales, pero no las puedo comprender, ante mi vista se presenta un aura, ¿por qué? Si todo era más sencillo en el silencio, si todo era sereno y eterno, ¿por qué no puedo encontrarle el sentido a lo bello? Es que si fuera sólo lo bello, es que, ¿por qué debo sentir esto? Cuando la imposibilidad es concreta, la estupidez te marea. Esto no tiene sentido, pero aún percibo una llamarada en el camino, ¿será el destino?

Human

Paciencia,  hay que tener paciencia, porque me pongo a cantar y a hacer cosas raras, le hablo a los muebles y a Nikita (ella me entiende), no modulo las letras del vocabulario, no digo correctamente los vocablos, y apenas si separo en sílabas lo que siento, todo parece un cuento. Pero me debo arriesgar a no decirlo, me gusta preferir para la nada repetirlo por temor a quedar al descubierto, por la inacción de mi propia condición avergonzante, porque hasta la revolución puede ocurrir en un instante. ¿Cómo es posible absorber la diferencia como si fuese una coincidencia? ¿Cómo es posible enfatizar la ilusión si sólo es una construcción sin razón? Paciencia, no quiero que se vaya y también quiero,  pero la ausencia duele y el pensamiento se vuelve indomable, tanto como mis sentidos inestables.

Ver la realidad con nuevas miradas

 Querer, es lo importante, lo importante es querer, lo importante es increpar al silencio, destapar el sinsentido y llenar el aire con preguntas. Desear, lo que sea y como sea, nos hace desistir de las penas, y cuando la serenidad se vuelve abrumadora el regocijo del estómago nos despierta y nos enfoca. Hay que querer, como un objetivo claro, de esos que no tenemos cuando nos adentramos, sospechar de las estrellas viendo tus ojos, eso es querer, querer en serio. Pero querer, en serio, como una necesidad vital para el organismo, como algo que no deseás pero disfrutás, en la soledad o en la compañía. Querer, para no mendigarle a la vida todo lo que te servía, querer aparatosamente, desinteresadamente, en el hueco de una habitación o destapando tus ojos al sol. Querer,  a viva voz o en el secreto, porque nadie puede ponerte un freno.      

Encrucijada

Cuando uno mira la transparencia y no observa la realidad delante de sus ojos, la ceguera se convierte en recurrente y el alma se acelera desesperadamente. Se hace habitué la estupidez, pero de una u otra forma tu corazón perpetuará su estilo onírico, ¡porque estoy en una encrucijada! Sentir u olvidar, ¿cual calvario desear?

"Decias que no era verdad, que escuchando no se puede soñar, pero..."

Se sueña y se tiembla, esperás todo el día y desesperás por momentos, se retrotraen los segundos de quietud y espera a oníricas sensaciones, lo dormido despierta y se acelera, y crecen las legumbres en momentos intensos, y florecen las espinas que pinchan el alma en su desaforada ilusión, en la severidad de sus palabras y en la inquietud de su problema. Imaginar no es para gente insensible, tampoco lo es arremeter con la mirada a ese horizonte que se pretende alcanzar. Pero sí, escuchando se puede soñar, y comprender, y asimilar, y acelerar la pubertad de los suspiros.

Te hubiera amado hasta el fin del mundo

 Yo te hubiera amado hasta el fin del mundo, (¿o es que ya el mundo terminó?), pero el mundo es un espacio inhóspito. Las especies pueden mutar, y los microorganismos la ilusión amedrentar. Yo te hubiera amado hasta que el mundo se reiniciara, o hasta que simplemente edificara su backup, pero su indiferencia a las almas lo puede hacer arrollar, y no todas las almas serán tan fuertes como para sus sentimientos reconsiderar. Hay una reinserción de emociones y cuerpos, los espacios titubean, la sangre regresa a los sentimientos, pero no todos podemos estar tan atentos. ¿Cómo superar el déficit de atención cuando ahora todo es revolución? Yo te hubiera amado hasta el fin del mundo, pero, ¿quién sabe hasta cuánto dura esta situación? Las pandemias te atraviesan, los olvidos se enderezan, y yo sólo sigo el sonido de estos golpecitos de mi corazón.

El otoño

  El otoño es agreste, a veces, pero otras te convida su ingrediente natural.   Ese aroma que sale de su boca, esa rugosidad que sale de sus hojas, el otoño es una colmena no extinta que vuelve su miel una y otra vez a trabajar.   Sus fríos quieren ofrecerte alguna extraña sensación, pero radica en la espera y el disfrute su tensión.   El otoño puede evaporarte, pero especialmente te agita, porque el corazón no es un órgano convincente, simplemente te aisla.   Es esa inconstante pero fiel artimaña de su alma la que te atrapa, y te condena, hasta te atormenta, refugiados en la neblina, sus latidos te esperan.   Lo olvidado cobra vida en el silencio, la ilusión quiebra tu voluntad en un vidrio empañado.   El otoño no es una estación quística, se queda para siempre en lo que nunca ha dejado de ser.