Pues "la vida es así"
No me quiero lamentar, pero hace algunos años (no más que
dos), abandoné mi maestría en Filosofía. Es difícil no pensar. Pero más difícil
es pensar, pensar en ella. Cada pequeña frase leída, pensaba en ella. Cada
pequeño párrafo no comprendido, pensaba en ella. Tuve la oportunidad de abrirme
camino (o "hacerme camino al andar"), pero pensaba en ella. No creo
en las casualidades. ¿O sí? Hasta hace un rato recordé dos letras que dibujaba con tiza en el pizarrón de la Escuela 37 de Trevelin. Con esas letras hacía
caminitos, y no entendía por qué. Eran las iniciales de cuatro nombres, y no
entendía por qué, yo sólo las dibujaba, un día, y al otro, y al otro. Y hoy me
acordé. Pero tampoco es casual que recién mirara por última vez el Facebook
y encontrara allí como sugerencia a un ser que no pensaba encontrar, mi querido
profesor, mi pensante y atrevido maestro, quien antes de terminar Teorías y
Sistemas de la Comunicación estampó un diez en mi trabajo final de la materia.
Eso hizo que me olvidara de Dora Feldman y sus persecuciones. Ya los rencores
no existían, quién sabe si hubiera terminado la carrera de ser diferente. Pero
la cuestión es que al verlo allí me acordé de lo mucho que amaba
estudiar. ¿Será que el mundo troglodita de la confusión y el desparpajo me alejó
del camino del bien y el mal, y me acercó al sinsentido insaciable de lo momentáneo
y tenue? Pensar que dejé en Monterrey el libro "Mal de ojo". Lo tenía
allí. ¿Por qué lo llevé? ¿Por qué lo dejé? Es aburrido buscar explicaciones,
para muchos, pero para mí no. Si tenés ganas de crecer, escuchá las
explicaciones. No seas burdo, distraete con las palabras, te llevarán donde una
simple mirada nunca te llevó, así como la mirada también te puede llevar donde
unas cuantas palabras nunca te han llevado. La vida es así. Elegí lo que te
hace bien. Pero lo que te hace bien, ¿eh? No le seas infiel con el mal, ni al
mal le seas infiel con el bien. ¿Me querés explicar por qué un día no pude
dejar de pensar?
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