"So, wait for me this time"

Pensaba en el Starbucks, ¿se puede beber un beso?


Caminar en la corteza de la nieve y el escalofrío del alma. Papel en mano, anteojos guardados, vaso hirviente, pasión extrema, callos, sin temor. Pasar del otro lado, cruzar la calle y descifrar una esquina. Un Yonge and Bloor sediento e hipodérmico. Mirar alrededor, de costado, tantas almas. Cuantas vagan secretamente por las miradas, buscando destinos y satisfacciones, penetrando en la aorta con caramelos y secretos nocturnos, pasearse por los comentarios, o por la ignorancia, ahí encuentran su lugar la elegancia y la discreción, los murales y el olvido, la pereza y el ejercicio, la libídine y un broken heart.


Dos si, otro sabor a postal, me urge detener el pensamiento, volver al lago Ontario y comerme el pez que no he visto, sentir el enorme frío paseante mascando pedazos de chocolate, calmando la ira.


El TTC y el camino. Un parque, soleado, sereno, secreto, sediento, sentido. No más góndolas, las manos abiertas, el tiempo es now, oliendo gaviotas, pisando arena, deber es no mirar afuera, querer es salpicar música y te en la mesa de madera.


Traer lo que se lleva. Se necesita valor y cordura, volver no es volver, es retrocediendo. Yes, It should be.

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