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"Llámame si me necesitas"

Hay cactus que huelen tan exquisito que son granadas para el corazón. Existen los lunes y existen los viernes,   es cuestión de sobrellevar el impacto y superar la diferencia. El hedor de los días es escalofriante, pero al mismo tiempo es intrépido. La vida en sí misma tiene el valor específico de vivirla, con vos o sin vos, con aceleración o en retaguardia, estructurada, emocionada, extasiada o asediada, pero inquieta por vivir y resistir. La humedad en los segundos es constante, la vibración en las horas es necesaria, ¿es cuestión de tiempo o de un final que esto pase, o que se anime a concretarse?

¿Callar o decir?

 Te escribiría un poema, o simplemente cocinaría algo para decir, pero la escritura pausa en sus momentos los agujeros negros de la necedad. Todo esto es porque la libertad está atada a verte, o no verte. El impedimento del decir se hace más fuerte cuando lo no dicho se vuelve ofensivo e intrépido. Sé que escribir es una pócima medicinal, y no escribir es una herida abierta, pero a veces decir está prohibido y no decir es una ayuda encubierta. Entonces, ¿callar o decir?

Lo que siento.

  No quiero ser pesada, creo que uno debe hacerse al andar en soledad, ¿pero cómo continuar con este juego? Y si luego el viento te cubre con sus manos, pues entonces hay que aceptarlas y trabajarlas. El tema es la intensidad. ¿Arañarla o recibirla? ¿Expresarla u ocultarla?  Hay varias ventanas para abrir, pero sólo una puerta se abre, y es por esa rendija donde la profundidad se exalta y te hace acelerar. El tema es que la aceleración puede dominar tu voluntad.  Había una vez una chica que amaba por primera vez, y otras tantas volvieron a hacerlo. ¿De cada amor se aprende? ¿Cuántos amores sentimos? ¿Cuántos sentimientos estamos dispuestos a afrontar valiente y firmemente? ¿Cuánta paciencia podremos tener para amasar cada ilusión de a poco, como una masa madre que necesita su tiempo y su espacio para formarse?  Siento tantas cosas, y varias de ellas son por vos, pero mi experiencia me indica lo contrario a expresar cada latido que me atraviesa y cada partícula de fel...

"The game of love"

  Los idilios son impostergables en mí, y más precisamente durante estos días. No tienen un motivo preciso para ser ni yo los defiendo a partir de argumentos. Sé que están, lo sé, lo entiendo, y en ocasiones me saturan, pero otras veces me hacen pensar que las rejas no tienen pinchos y que se puede saltar de un tirón a través de ellas. Que terrible venganza ejerce sobre mí la ilusión. En una nebulosa estoy yo, desarrollando imaginaciones como si fueran hechos para concretar. La verdad es que congraciarse con el alboroto no es sano. Me pongo a pensar en tantas cosas, pero es necesario apuntarle en el blanco a la ansiedad.  Hay un comité en esta noche embelesada. Las nubes se reúnen a charlar a partir de este latido que me inquieta. ¿No es que los sentimientos son maravillosos? Entonces, ¿por qué te carcomen el alma como sanguijuelas maltrechas en el desierto? La inquietud me atrapa y se pone a bostezar a mi lado, me domina y me anima a flaquear. ¿Será caer derrotada lo que me e...

"Ellos solos pueden más que el amor"

 El corazón late por razones inapreciables e inextinguibles. Vos no entendés cómo puede ser que un carrusel se convierta en el motor que lo impulsa, o que una mirada evite la transparencia pero acepte la rebeldía de una apariencia. No es que lo perfecto se exprese, es simplemente que la ironía te mantiene despierta. Analizás las puntadas y no entendés cómo su canto no te da tregua. Sólo necesitás el silencio, pero el ruido no se conforma hasta confundirte y atravesar tu vientre con su enigma. ¡Sólo apreciabas la calma!, y de un tiempo para acá la presencia te confunde el alma. El corazón late por injertos del aura. Son amables sus punciones, pero su mirada te desgarra, y ya no entendés más nada.

Está ahí

No es una ideología, tampoco una ficción, es un sentimiento en extinción el amor. No tiene un trayecto óptimo, tampoco un sitio preciso para descansar, es una suerte de terreno intransitable el amor. Y te atrapa sin necesidad de retener, te desgasta sin obligación de conquistar, pero es tan bello que su intensidad te gusta y te hace emocionar. Pasaron la nevada y el aguinaldo y el amor está ahí, en la disolución y en la intemperie, aguantando para no morir. Se siente acorralado y en penumbras, como pretendiendo salir, y aunque los enemigos de la inconsciencia lo repriman el amor está ahí.

Un aroma

 Un aroma puede ser persistentemente práctico,  o persistente y práctico, o simplemente hipnotizante. pero nunca inactivo. Los contratos que tenemos pactados con nuestros sentidos son realmente confusos, ¿cómo controlar el delirio? La inestabilidad es un arma de doble filo,  te inquieta, te perturba, pero también la aceptás, la respirás, la ansiás,  la deglutís y la disfrutás. Un perfume no puede enquistarse de tal forma que el ánimo te desborde de felicidad, ¿o sí? La vida misma está en este aroma, ni siquiera la lluvia puede opocarlo, ni un chaparrón de sonrisas sin forma ni la elegancia pueden transformarlo. Un aroma es un conquistador encubierto que va enturbiando tu día con suspiros, y si me apurás te digo que me asusto con tanta maravilla en el camino.