Felicidad
Viste que la felicidad no es ancha, ni larga, es escueta, pero bella. Vestida de ilusiones y rodeada de caramelos, puede definir tu historia en una ilusión o en una realidad, pero te salpica el corazón y te arrastra la mirada para dejarla perpleja. Donde quiera que vayas sentirás su esencia rodeándote, abrigándote, especiando tu boca, arrasando tu pecho. Viste que la felicidad no dura ni siembra una semilla, de ella no nace un árbol ni te aferra, pero te impacta, te carcome, y en un segundo te miente dulcemente, te convence, te hace ver lo posible, te desviste, y la desnudez te tienta, te maltrata la sangre, te la imprime en el tiempo. Viste que la felicidad en nada tiene que ver con tu vida cotidiana, es tan secreta como breve, nadie la conoce demasiado como para maniatarla, como para perpetrarla, pero te deja una llaga, te asienta la necesidad, te arrebata el suelo, te roba la estabilidad, es como un trueno, te estremece, te entretiene, y luego se va para dejarte el recuerdo.