Esperando
Cuando un corazón late fuerte y nadie lo escucha está en peligro de que se calle. Pero para mí la soledad no es un problema, para mí el problema es estar sin vos. Sentir como el reloj va caminando con sus manecillas a cuestas, doblegándose ante las horas, y yo, minuto a minuto, sin vos. Hay que recorrer demasiado camino y muchos senderos, oler perfumes agradables y otros detestables, y todo eso, sin vos. Y que para mí ver como cae el sol en mi ventana, que a primera mano es una fiesta lumínica que se dispone a entrar a mi casa, o ver como la noche gime en el espejo del cuarto, haciéndome ver que es la hora del descanso, y descansar sin vos. Para mí la soledad no es un problema, no me va llenar mi tiempo con seres que no me inspiran ni me dan ilusión, ver que la gente viene y va como caminantes que hablan y callan, desde la mañana hasta que ya no dan más, sentir que las palabras van realizando demoníacos artilugios, metiéndose en tus oídos como incesantes zumbidos de moscas en la miel,...