¿Dónde está el horror?
Siento tu aroma por donde los espacios de luz no se asoman, el vocero de las calles grita tu nombre desde su almanaque (los envases del tiempo son un disparate). Las hamacas tiemblan entre los niños rompiéndose en dos, las escaleras de juegos se inclinan ante tu voz... Es el horror, querer salirme y no encontrarte a vos, querer silenciarme por dentro y soló atinar a guardar el dolor. Tengo unas jaboneritas ideales para curar la tos, pero hacia afuera sólo puedo desplegar mi humor. Es el horror, querer correr y no tener lugar para mi alma esconder, votar a candidatos obtusos y que el mundo arda de una vez. Es el horror, querer ignorar y sólo encontrar pocos escondites para destapar, los símbolos sólo sirven para decorar una casa y nada más. Es el horror, pensar en silenciarte para desvestir la integridad del arte, y apenas cruzo la calle me doy cuenta que estás esperándome con las ráfagas de la tarde. Es el horror, juntar unos pinches para la picada y que el queso tenga su cara lavada...