Ladridos de moscas
No se quien es, aquel que desde el olfato experimenta terror en el otoño. Surgen los ladridos y avanzo. Me río en forma descocida mirando los pasteles de los parásitos recorrer las calles hipócritas. Huelen hasta las piedras entre fragancias y renombramientos matutinos. Clasificar, fiscalizar, penalizar, señalar, burlar, ejercicios desastrosamente argûidos y manifestados por un inconsciente incómodo y de psicología contraria. ¡Sudan las barreras del horror!, ¡tiemblan los supuestos! Entre el ronroneo de los animales y las mieles de la charlatanería se arma la fogata de la envidia, los envidiantes saltan bailando alrededor, entre miradas cruzadas que olfatean a las presas.. Tengo todo este rollo introductivo en el tintero, buscando rayar la pantalla, o simplemente quebrarla para el espanto, y desde aquí poder introducir un capítulo del libro "Asi habló Zaratustra", de Friedrich Nietzsche. Hace años cruzó mis ojos como alborada repentina, y reí a carcajadas, pero además me tran...