Esperando

Cuando un corazón late fuerte y nadie lo escucha está en peligro de que se calle. Pero para mí la soledad no es un problema, para mí el problema es estar sin vos. Sentir como el reloj va caminando con sus manecillas a cuestas, doblegándose ante las horas, y yo, minuto a minuto, sin vos. Hay que recorrer demasiado camino y muchos senderos, oler perfumes agradables y otros detestables, y todo eso, sin vos. Y que para mí ver como cae el sol en mi ventana, que a primera mano es una fiesta lumínica que se dispone a entrar a mi casa, o ver como la noche gime en el espejo del cuarto, haciéndome ver que es la hora del descanso, y descansar sin vos. Para mí la soledad no es un problema, no me va llenar mi tiempo con seres que no me inspiran ni me dan ilusión, ver que la gente viene y va como caminantes que hablan y callan, desde la mañana hasta que ya no dan más, sentir que las palabras van realizando demoníacos artilugios, metiéndose en tus oídos como incesantes zumbidos de moscas en la miel, todo eso lo tengo que escuchar y ver, todo eso sin vos. ¿A quien le importa que las personas te hablen o te halaguen? Todo eso te cubre de papel, pero el hierro escasea por doquier, y yo me niego a llenar el espacio que vivo, sin vos en él. Darle la potestad al viento de que ladre, andar por las calles con personas que te acompañen, ¿todo eso para qué? Prefiero la soledad serena, sentir que algún día tendré a mis pies la quimera, incitar al silencio para que siga cantando, andar en los espacios vacíos saltando, porque si no es con vos, ¿para qué? No se me da bien eso de andar cuchicheando, las horas son demasiado cortas para andarlas malgastando, y mientras tanto un vino me va acompañando, porque si no es con vos prefiero escucharle a la soledad el llanto, y seguir esperando.

30 de marzo de 2019

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Mi devoción supera lo terrenal"

Sólo porque lo que dura no para de durar

New Year (Happy or common)