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Mostrando entradas de marzo, 2017

Entre marzo y abril

Estoy vagando entre el cielo y el infierno, recorriendo suaves gemidos del viento y andando sobre la humedad de las entidades amorosas, que viven de mentiras piadosas: las verdades son pecaminosas. Y vos, tan infierno sos que hasta te convertís en cielo, atravesás los pasajes movedizos de mis párpados y mis silencios. ¡Y deseo gritar que esto es libertad! Sacudo la inocencia del pantano, ¡libres son los condenados! Vierto una dulce tempestad sobre la desigualdad, nos vemos y no nos reconocemos, pertenecemos a mundos distintos que se chocan con ácidos cítricos, pero te veo y me desespero, del infierno me hacés huir al placer y siento que a tu lado puedo envejecer. ¿Cómo se olvida la marca de la vida? Vivís en mí como oliendo a tierra, atardecés en mi siesta, merodeás por los párrafos que escribo como si el tiempo no perdiera sus estribos, ¡que me destituyan del amor si no te miro! Pero quietita está ahora la tarde, se arrumaca en un vientre estable, los besos están atornillados

200

No me importa, aunque la bombilla esté tapada y la yerba lavada, veré capítulos de los Expedientes X hasta la madrugada. Mi vida se condice con objetos que caen de cielo, así me desvelo, rogándole al teléfono perder el sueño. Pero no pierdo ni el techo de lo que no debo decir, aunque sea un derecho, es necesidad del existir. Me voy mojando con las estrellas en pensamientos inciertos, y como si no pudiera habitar sus recovecos, festejo, mejor hacer de cuenta que no me pasa nada y dejar que la inmadurez cíclica me de una bofetada, y agonice fracturada por tu mirada. Vaya conclusión, como siempre, entre la ignorancia y la negra lumbre me siento en tensión. Para dormir, ni siquiera tengo un camisón, sólo un piyama que Emi me prestó, y no es nada desagradable usarlo, me abriga y reconforta su algodón. Pisaré un moscardón para creer que todas estas imbecilidades penden de un cartón, sólo faltará ponerlo a secar al sol, y ahí volveré a recuperar mi armazón. Todo este artefacto amoroso e

Un día de 24

Un cuento de 24 nace en una mesa, con un café que por su intensidad festeja, un cuento de 24 palpita por ese ser que aún no besa, y ni siquiera sé si por mi se interesa, pero hay que decir una cosa que de verdad pesa: sí que es una belleza. Levitar en la construcción mundana de un amor puede ocasionar un tremendo dolor, y más si ese cubo mágico es una sensación que tienta a tu corazón, y lo desparrama en su condición de ilusor. Pero nada como batallar contra las semillas del girasol que constantemente te miran a vos. Que más da, dice esta emoción, te llevo con orgullo por cada estación, en cada colectivo que a la ruta sus ruedas desandó, en cada aroma que en las sillas me sentó, ahí siempre estás vos. Una sensación de 24 no sólo es un recuerdo de las armas y los sueros en los senderos, también en el 24 se mece la necesidad de lo que de vos espero, el perfume de los panes tostados con el que me entretengo, las ilusiones amarillas en tu pelo, la poca actividad pensante en mi cerebro,

Mi alimento

Parece que la instauración de las cosas ha dictaminado que hoy sea el día de la poesía. Pero también hoy empieza el otoño, con sus ardores amarillos y sus membresías de sustancias cohibidas, qué ironía. Miro alrededor y lleno este sueño de hojas que crujen dentro del corazón, como escarnios de la razón, a ver si me escurro de este momento bribón. Me refriego los ojos, tratando de despojarlos de la ensoñación, y veo alrededor a la poesía. ¿En qué consiste esto que nos motiva? Acaricio el acolchado y sólo recuerdo tus ojos acaramelados, mezcla de Media Hora y chupetines de Coca Cola. Los sables con los que miran me dominan, ¿será eso poesía? Me tiento con estas canciones del rock nacional en Radio X, e inmediatamente cambio los lentos por estos ritmos violentos. ¿Serán eso rimas en filamentos? La noche se tensiona entre las estrellas y las maquetas (hay tantas personas indiscretas, ya las percibo observar a través de sus ventanas secretas). La oscuridad no escatima en doblar

Arrullos de madrugada

Este es el momento de la ternura tengo la paciencia cristalina. Tus piernas me revisan con premura desbaratando el tiempo y su rutina. Pensé que era sólo yo pero también sos vos. ¿Dónde habrá un espacio similar para estas ganas de amar? Hace frío, pero vos sos lo que ansío. Sacarnos de cuajo las cadenas alivia nuestras penas. Movernos en detrimento de la queja y el lamento. ¡Que se aburran los otros, vos y yo saqueamos nuestros poros! Nada de escribir con mis propias manos, con ellas sólo quiero tocarte, y poder atrapar sueños lejanos para soñar despierta y besarte. Pero mejor me animo otro poco mientras te toco. Bailar con vos entre los olores de la noche y beber de los ruidos sus voces. Y por ahí desodorizás mi mirada que está por vos obnubilada. Y entre tus ojos de supremas tostadas se ha perdido la madrugada. Paseás por mis impulsos contenidos para lanzarlos al vacío. Ay, amor mío, aunque no seas al final mi destino por vos me he perdido. Como volar

En casa y con olor a pintura

En el día (¿qué día?) apenas voy distinguiendo entre lo áspero y la luz que me vigila. Hay focos que saben a poco, lo que brilla tiene sabor a pasiones escondidas. Esas nubes de ahí afuera parecen porciones de flan con crema, inútil es no querer masticar con ellas tu cuerpo por estas tardes materas. Si esta yerba fuera más suave...pero la fuerte consistencia de su enigma sólo me permite desear tus caricias, no basta contener el llanto, tengo el pelo erizado, y el alma sufre tu afecto desde temprano, ¡sus oídos han alucinado! Lo que pasa es que todo está desordenado, hay una mezcla de humedad y cables pelados, los libros me escuchan desde su altar, encerrados, (pero yo tengo los tiempos apresurados) y me ocurre que tengo el corazón bien entrenado para resistir semejante abstemia de besos no dados. Pensé en armar sola la cama, pero el colchón me asusta con sus dientes por si se me acurre apoyar mis piernas desarmadas. Este amor apenas está en ciernes, me cuelgo de sus sillas como s

¡Lluvia!

Qué hermosa lluvia. Juega juegos de sensibilidad con las chapas y las maderas, practica con los alaridos de perros perdidos, desmiente a los estallidos, idiotiza a los vidrios, los abraza en su canto, los pervierte en su llanto, y sus murmullos rocían los aromas de la casa, estrenando sus estruendos, besándola en sus adentros, dejando a los poetas contentos. El arrullo me estremece, y adentro, muy adentro, me pinto con su barullo (es como si te escuchara desde muy lejos rociarme con tus gritos mudos). Las aguas de su ser se desviven por unirse con el mar, que quieto se entrega al placer de amar y suplicar que sus brazos lo atraviesen una vez más, y en esta noche me dejo extasiar. También las estrellas se enjuagan los labios, se pintan las uñas con el agua pura, así las gotas desmitifican eso de que a los astros no les atrae un beso. A pasos repletos y amenazantes la lluvia se pierde en este encuentro, de pasión vive, de sueños alimenta su zozobra, y amenguando su galope se relaja l

Vivir en la Tierra

La mañana tiene a sus mañaneras compañeras todas sensibles, los pensamientos arrastran sus imperfecciones viriles, los suspiros que pasan por los ventanales abiertos me persiguen como canarios buscando su alpiste. Este espécimen acuático denominado inútilmente café igual me sirve, sólo que el olorcito me cohíbe, sus aguas transparentes descienden por mi humanidad y me crean una necesidad. Necesito la fortaleza del negro que calla la magnífica orquesta inspiradora de tu imagen sonora. Las teclas de la media mañana escriben con dulzura, tengo el alma intensa y sin voladuras, pensando en vos, sí, pensando en vos, como si hubiera otra cosa que pudiera hacer mejor. Si es frío, no tiene sentido, pero si la gloria eres tú todo parece transitar por un ardiente espacio azul. Testeo un sabor sin color, nadie lo entiende, pero la libertad de la aceptación puede espantar los fantasmas de una canción, puede construirle un límite, donde tus ojos sean los que la habiten. La rotura de la porce

Agallas acomodadas

Pensé que ya se sabía quién era, imaginé haberlo gritado a los 20.000 vientos deseadenses una noche de primavera, la verdad tiene tintes eternos, y la opinión una desopilante afiliación de momentos. Si prefieren, pueden pintar los pétalos con cabellos, las fagocitadas letras con besos, pero todo será lo mismo, porque este mundo vive encantado con el cinismo. ¿Vos? Si. Vos sos un esclavista y yo una buena samaritana que con sus perfecciones se enquista, vos sos la colaboradora del escarnio y yo una paloma en el campanario. Titanística es tu evolución en el defecto, y bendita es mi sedición contra el viento. Vamos, vos sos pública, y yo me escondo como bailarina en una cajita de música. Vos tenés más responsabilidad, y yo que no aparezco hasta entre mis prejuicios y mis acusaciones me puedo desandar, revolcarme entre la arena sin sentir miedo a fallar, en cambio vos cuidado debés tener de no pecar. Todo está así acomodadito, perfectito, como canaritos amarillos en sus jaulas co

Bullicio turbio

"Cabeza de papa" o de pomelo, pisás un carbón en el ropero, o quizás cerebro de batatas refritas, enganchadas en el aceite de la inconstancia y los ciclos de tartas marchitas. Entonces, de esta forma no se me da esto de pedir perdón. ¿Como pretender ser yo si a los de afuera sólo les importa como ellos son? ¿Y vos? ¿No te parece que, seas como seas, no hay nada mejor que ser como sos? Fieras son las afirmaciones, pero así van descubriendo sus evoluciones entre lamentaciones. Aprender, no se termina de aprender (y entre tus brazos me quiero perder). Los años nos enseñan a encender cada pedazo de tiempo como si fuera un misterio de nuestros propios contratiempos, y entre escarmientos del corazón vamos cediendo y renovando la razón. Pero, ¿de qué sirve pensar tanto?, al final lo que más nos alegra es expresar lo que hemos soñado tanto. Yo mientras me tomo unas cepas, no me importa qué tanto la verdad me increpa, ya decía mi prima Romi que la variedad cavernet es la mejor, es