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Mostrando entradas de febrero, 2017

Dicen que dicen

Dicen que dicen que el amor te puede, te conmueve, te convence, te recita al oído sus versos más rebeldes, y es así como te enceguece, tritura tus placeres, engancha tus afirmaciones y las tira por un portón verde, hace que no te interesen, que revienten, que te oscurezcan la voluntad y la condenen. Dicen que dicen tantas cosas sobre él, que me las creo como si mi firmeza fuera un envoltorio de papel, apenas un hilo estirado sin posibilidad de enrollar en un carretel. Denme un poco de obstinación, más de la que tengo, y veré partir los latidos de mi corazón hacia vos, en un auto Rolls Royce, o en una simple motoneta cargada de ilusión, que tiende sus besos ante esta estación, calurosa, pero empecinada en compartir esta emoción. Dicen que dicen, los que escuchan y los que no, que partir el alma en dos sólo trae resignación, pero, ¿en qué cabeza cabe resignarse cuando sólo te atraviesa el amor? Dejense de estupideces y den más de lo que son, en cada momento que pasa den cada pedazo d

Vendaval de viernes

La fobia del viento tiene a los profesores desatentos. Tratan de ironizar sobre los sarcófagos del tiempo, pero tan guardaditos están los anhelos que quizás, si cambia el momento, se coman mientras esperan unos caramelos. Los ácidos me gustan más que otros, saborizan la sensación de lo que ignoro, y luego parece que todo lo conozco, sí, la sabiduría celebra mi estupidez  en su velorio. Quejarse no sirve de nada, son caminos de mentes idiotizadas, pensar será el camino más rápido para volver a empezar pasándole al pasado un látigo. Qué diversión, veo tu cuadro y me vuelvo a sentir en ese estado de imperfección, pero qué tremenda pasión, el corazón se vuelve un centrípeto de tus ojos en una explosión. ¿La música? Y si, escucho cada cosa que tiño mi alma de rosa, doradita luego la dejo para sazonar su peso, que es liviano como el deseo de que me recorran tus manos. De esas melodías me entretienen las que son del piano, hago como que sueño en campos ilusionados, me tomo un cafecito b

SER YO

¿Importancia? Mucha. Me importa desarmar y desheredar un equipo home theatre que se escucha ronco y flojo. Como la belleza, que muchas veces tiene a sus encantos cojos, el exterior disemina escasa duración y el interior absurda desilusión. Llámenle como les venga en gana, pero la explosión de lo bello dura lo que un nuevo objeto llega a ser su competidor directo. Y además el corazón deja de doler luego de un tiempo, energúmeno olvido que lo hace todo más complejo. Por los vértices de los sentimientos me gustaría andar y decirles, "por favor, aprendan a durar". Mentiras, son unas pocas mentiras que lo destruyen todo, no importa cómo, pero en un desliz hablan para que al otro no se le vaya a ocurrir sufrir, quien tarde o temprano se desencantará con sus lágrimas en la mano. ¿Para qué sirve hablar si a la acción no se llegará? El consuelo tiñe con su sangre estrepitosa lo que ha sido pintado antes con mentiras piadosas. Duele vivir, pero es así, la perdida estupidez dejará

Títulos en San Valentín

Vivo y respiro en forma amedrentada, las reuronas van retroalimentando su intensidad rezagada, como quien se burla de su inteligencia y sale a la pista sólo por una contingencia. El paseo por lo obtuso ha desatado un verano inconcluso. No sé si dejarlo en su madriguera o darle de comer frutos de la higuera (esos que no quiero tener ni cerca). Cerca van marchando arroyos de despojos, buscan un perfume limpio y desatar los pensamientos que ignoro. Por un momento apareceré y desapareceré por los terrenos del andén. ¿Cuántas veces pasará el tren rastreando las posibilidades de mi fe? No son muchas pero burdas, quizás si me como los chicles por dentro se abran las cicatrices, porque de tanto en tanto siguen tus directrices y luego se montan en una aventura sobre los hombros de unas perdices. Acabo creyendo, sólo por un momento, cuando todo indica que siga destruyendo mis sueños. Ya está, me desintegro, pasearé mi insensatez por la ría en un velero. El amor al prójimo cuesta, ya que poco

Esperá, ya casi es 14

A ver...esperá. Si con los cinco sentidos no he sentido, todos completitos en su combo aturdido, ¿por qué siento en el corazón este amor definitivo? Si con los estudios me recitaba hasta el Zaratustra de memoria, ¿qué significa haber perdido esa gloria? Lo del león, lo del niño, lo del hombre de la montaña, ¿todo eso se me ha olvidado una mañana? ¿Así nomás? ¡Qué macana! Pude acariciar el idealismo de Schelling, y se me da por mirarte a cada rato. ¡Qué imbécil!, debe ser un conocimiento innato. El viento en su plenitud me reta, me ofende con sus párrafos escrutados sobre el membrillo, me ofusca con su latiguillo. De tensión se ha pervertido este momento, debo hacer los informes de desempeño, pero con tu presencia sólo hay lugar para el desarreglo, ¡qué manera de ilusionar el alma con este tormento! Y las cajas me miran atosigadas, esperan por los libros y yo me siento una haragana, debo llenar los minutos con trabajo de mudanza, pero te pienso y me barrés las entrañas. ¿Día de paro? Ya

Soñar no cuesta nada

Esto de estar entre el bien y el mal me tiene fuera de la idea de la cena y pensando como un animal, circunstancias que no sé cómo explicar. Las notas van trabajando durante el transcurso de los minutos y lloran los recuerdos como si fueran el algodón de un buzo, que en la Argentina de los noventa se usaban mucho. Ese "entre" cala fuerte en mi suerte, impacta en mi mente y me obliga a ser insolente. ¿Qué es lo que nos hace ser no sólo un ente? No quiero retroceder, pero me molesta que lo que se va imprimiendo como experiencia en el corazón se nos pueda perder. Levantarte y ver la nieve caer a través de la ventana, quedarme un rato más en la cama si me da la gana, volver a sacarme la primera cana y luego las otras que vinieron después como las perforadoras del tiempo regaladas. Tal vez fueron situaciones vanas, pero si lo siento bien pueden volverse caricias profanas. Ese "entre" va diagnosticando la situación para hacerme ver de qué lado me conviene quedar, como si

Sin pozos en mi mente

La calma genera escasez de palabras, y me pregunto qué será mejor: besar la inconsistencia de las tramas o revolverme la sangre con tu amor. Bestial es el silencio tanto como la seducción, atrapantes las miradas taciturnas en el interior. De velas sé bastante, a veces las prendo y con su indulgencia creo que todo marchará sobre la espalda del viento, porque las aguas despistan los carriles, pero cuando te siento aparece el sol en los jardines. El calor es inmenso, como intenso tu resplandor, baños de letras se van derramando sobre la taza y me causan terror. A veces dicen lo que quiero, pero otras no me sacan un pensamiento a favor, estiran como chicles los minutos y se enredan en sorbos de dolor. Voy a parecerme al retoño angelical, todo hay que decir que sí para acordar, pero me desespera que el tiempo apriete nuestras decisiones como si fueran inútiles adoraciones: yo te adoro y en mi corazón se escuchan canciones. ¿Hay alguna prueba más fehaciente que la voluntad de amar pued

Que las cosas hablen por sí solas

"Dejemos que las cosas hablen por sí solas". Pero, ¿quién se cree semejante bestialidad? Esta integridad de la estupidez me genera timidez. Como las bestias interrumpen la tranquilidad, la tranquilidad interrumpe la bestialidad. Cuando más queremos silenciar las letras más frases se escriben, inconsistentes artimañas se perciben y olores te persiguen. En la ventana se corren las cortinas que me cohíben. Y los textos pretenden interferir, e interfieren en el vivir. Me muero por insistir, no me puedo resistir. Todo esto es como un tetris, a centésimas de segundos el tiempo se va tragando su propio absurdo, y va apilando sueños transgresores, pero se invade de desertores. ¡Si soñar no cuesta nada! Es más, te roza los brazos por la mañana y te acaricia el pelo, para que entiendas que la vida misma empieza con su sello. Las espinas se han clavado en una pelotita y me han pinchado, los dolores me susurraron, y yo cabizbaja, me he cansado. Piso con mis pensamientos los pasos qu