No importa cuándo

Que vaya a saber en qué tiempo
y en qué momento
hundiré mis letras en tu boca.
Pasaré de castaño oscuro a claro,
como el mate va tomando sabor
desde temprano.
Tus papilas gustativas
me someterán las frases
luego de hacerlas mías.
Que vaya a saber en qué momento respondo
dentro de tu dulce compartimento
en el que me ahogo.
Pasan tu boca y la mía,
por donde todas las otras se escondían,
a curar al mundo de sus heridas.
Relegarse puede ser inteligente, pero,
¿no es más bello experimentar el sabor
de repente?,
cuando nadie lo esperaba
vos y yo estábamos ya cubriendo de la salvaje noche
a la madrugada.
No lo sabías, y apenas yo lo sabía,
pero cuando el mundo nació
yo ya amaba tu carita que reía,
y en tus brazos me perdía,
y en tus besos ardía,
suavemente,
como arden las palabras
en el alma del ser amado
solamente,
como los gatos se cuelgan de los techos y succionan su apetito,
vagamente.
Y en forma inoperante
vos ya latías en mi corazón,
abrazada a tu grandeza,
abarrotada de belleza,
como si en tu boca yo ya sintiera
la sensación ésta,
y como si en tus labios me rebajara
a perder la dignidad que me queda.
Quiero el silencio
y el sonido de los labios,
como una máquina de escribir
que su intensidad va acelerando.
Repetir una y otra vez el escarnio,
saborear tus manos,
volver a todos los otros tiempos donde vos y yo
nos besábamos.
¿No sentís cómo el viento
te trae desde lo lejano?
Que vaya a saber en qué tiempo
y en qué momento
hundiré mis palabras en tus piernas,
y no importará el retraso,
ni que estés durmiendo una siesta,
mañana o pasado,
o que vengas en moto o caminando
da lo mismo,
como siempre,
te dibujaré en ellas mi amor
y me enviciaré de tu abrazo.

06 de diciembre de 2017





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