Temores

En medio de estas canciones "for the heart" de George Michael me pregunto y me aparezco. Debe ser que la intromisión enseña a rememorar. ¿En qué preciso instante somos los enturbiadores de nuestro destino y malogramos el trayecto? ¿Cómo es posible inutilizar la sabiduría? ¿Cuándo aprendemos a disgustarnos con nuestra propia felicidad? Desde el césped se ven pasar las nubes tomadas de las manos, como enseñándonos a electrizar nuestros vientres, pero no aprendemos. Las cosas más bellas, las porfiadas del corazón, se nos aparecen ante nuestras miradas, pero no miramos. ¿Tanto le tememos a la exquisitez de una mirada? ¿Tanto aparato existencial y complejo nos transmiten que tanto nos paralizamos de miedo? Ver es encantador porque es tan sencillo, pero mirar lastima los intersticios del ser. Debe ser que me entrometo en la historia de nuestros cuerpos, de nuestras miradas y el cielo, como cuando agonizaban por amor en la tarde. Un rato de George Michael y ya digo tanta insensatez que hasta creo que puedo amar de nuevo.

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